Friday, September 22, 2006


IX. EL HUNDIMIENTO


Tras los portones esperaba el Infierno. El tifus, la disentería, la lepra, el hambre, la miseria, la locura y otras 50.000 variantes de la desgracia humana campaban a sus anchas. Y los muertos. Parecía que hubieran llovido muertos durante cuarenta días y cuarenta noches. Miles de muertos pudriéndose en cada rincón, en los barracones, a cielo abierto. Muertos, muertos por todos lados. Los británicos, horrorizados, ponen a todo el personal alemán a acarrear cadáveres hacía unas gigantescas fosas practicadas al efecto, ante los insultos y el escarnio de los recién liberados. A pesar de la epidemia de tifus, no se les permite utilizar guantes. Algunos fallecen durante los días posteriores. Irma se libra. Impresionados por su porte, los ingleses la consideran mando importante y la trasladan a un calabozo donde es interrogada durante dos días. Un interrogatorio un tanto absurdo, tipo “¿Pero por qué, en el nombre de Dios, por qué?" Y así todo… El 17 de Abril, por la mañana es fotografiada, francamente desmejorada, aún en las instalaciones de Belsen, junto a Kramer. Todavía lleva sus botas altas. Las fotos, distribuidas a la prensa internacional, ocupan las primeras páginas de los periódicos de todo el mundo, siempre con el mismo titular: “Las Fieras de Belsen”

2 Comments:

Anonymous Wendy A. said...

Recién liberados y ya daban órdenes? no cabe duda que nunca debieron salir con vida de los campos. Es más, los británicos que los liberaron debieron terminar con ellos ahi mismo y ayudar a la SS a extinguir todo rastro judío.

11:17 AM  
Anonymous Anonymous said...

WELOVEIRMAGRESE.BLOGSPOT.COM

7:37 AM  

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